Cuando miras ahí fuera y ves que todo es una puta mierda, sientes la necesidad de crear tu propio mundo, aunque sea tan pequeño como tu habitación.
29 marzo 2011
23 marzo 2011
07 marzo 2011
03 marzo 2011
En el cielo de tus ojos veía el cielo. Tu corazón era puro y todos lo sabían. Tal vez ese era tu destino, dejarnos sin decir por qué, dejando mi alma deteriorada, como si te hubieses llevado una parte con vos. En la otra parte habitas, sabelo. Hoy te recordé al pasar, no hay día que no lo haga. Y de vez en cuando no puedo evitar preguntarme por qué no dije todo lo que tendría que haber dicho en su momento. Ya es muy tarde, por más que me digan que lo sabías. La mente del humano es compleja, la mía más. Fuiste todo lo que los demás no fueron, y por eso se que donde sea que estés, es el mejor lugar al que uno pueda llegar a aspirar. En el diccionario de mis pensamientos apareces en varias paginas, y daría todo lo que tengo y lo que no tengo por tenerte una vez más conmigo, aunque sea un minuto para abrazarte y decirte todo esto en persona. Extraño tu voz, y trato de recordarla para que no se esfume de mi mente con los años. Vení a secar las lágrimas de los ojos, vení a apoyarme cuando todo se derrumba. Vení silbando alegremente como cuando te escondías para que no te veamos. Lo sigo esperando inútilmente, pero me regocijo con saber que de noche puedo encontrarte en algún sueño.
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